miércoles

¿Un ateo agradecido?




El tipo del video [ver abajo], un tal A. Hughman, es un "ateo espiritual". O eso dice él. Hizo un viaje a las montañas de no sé dónde, le pegó un ataque de numen...itis, y quedó maravillado. Maravillado ¿de qué? De la grandeza de las montañas, de la belleza del universo, de su vastedad, de su propia insignificancia y humildad, y de... blablabla. El caso es que el tipo se sintió "uno con el universo". Magnífico. Y, con todo y humildad, también se sintió importante. Él no es más, pero tampoco es menos, que la más grande de las estrellas. Qué bien. Pero lo curioso no es eso. Lo curioso es que, tan espiritual como es, se sintió "agradecido". Sí, "agradecido"...

Lo primero que habría que preguntarle es: agradecido ¿con quién? Si Dios no existe, si nadie creó ese universo tan maravilloso que él describe y que lo llena de emociones tan lindas, ¿a quién hay que darle las gracias? Porque estar o sentirse "agradecido" es... nada menos que tener ganas de dar las gracias a alguien. Pero resulta que aquí no hay alguien. Dios no existe, dice él. Así que no hay persona a quien darle las gracias. De modo que ¿cómo pensará hacerlo? ¿Quiere dar las gracias a la Naturaleza? ¿A las placas tectónicas que causaron la formación de tan espléndidas montañas? ¿O será al Big Bang del que viene todo?

El tipo está rezando y no se da cuenta... 




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