Pienso que el agnosticismo fideísta, o al menos el mío,
podría resumirse en estas proposiciones:
---No sé si Dios existe;
no sé si el alma existe (o no sé si mi yo es un yo sustancial); no sé si hay
vida post mortem. No lo sé; no tengo pruebas suficientes.
---No obstante, tengo la esperanza de que existan; quiero
creer que existen y que soy algo más que materia.
---Por otra parte, tengo indicios de que existen; indicios
pobres, tal vez muy pobres (argumentos de algunos filósofos o teólogos,
conjeturas y sospechas de algunos científicos, palabras de algún escritor,
visiones de religiosos, relatos de personas comunes, extrañas sensaciones
mías), pero indicios al fin y al cabo.
---De todas maneras, no es mucho lo que pudiera perderme si
decido creer; de hecho, no veo en qué me estorbaría.
(¿O será que es muy difícil creer... empezar a
creer? ¡Nada de eso! Como dijo Alicia al Sombrerero Loco, con algo de práctica,
uno es capaz de creer hasta seis cosas imposibles antes del desayuno)
.